Queridas mujeres,
En momentos de incertidumbre y desafío, quiero inspirarlas con las poderosas palabras de Hebreos 11:1: «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve».
Estas palabras nos recuerdan que la fe es una fuerza poderosa que puede guiar nuestras vidas y darnos la fuerza para superar cualquier obstáculo.
La fe no se trata solo de creer en lo que podemos ver y tocar, sino de confiar en lo que aún no se ha manifestado.
Es tener la certeza de que incluso en medio de la oscuridad, la luz siempre encontrará un camino para brillar.
Es tener la convicción de que, aunque los desafíos parezcan insuperables, tenemos la fortaleza para superarlos.
Cada una de ustedes lleva dentro un poderoso sentido de fe. Puede ser la fe en sus propias habilidades, la fe en el amor y el apoyo de sus seres queridos, o la fe en un poder superior que guía sus vidas.
Sea cual sea la fuente de su fe, recuerden que es una fuerza que puede mover montañas.
En momentos de duda o temor, vuelvan a sus corazones y recuerden la fuerza de su fe.
Siéntanse empoderadas por la certeza de que son capaces de enfrentar cualquier desafío que se cruce en su camino.
La fe es como una llama que arde en su interior, dándoles la luz y el calor para seguir adelante incluso en las circunstancias más oscuras.
No importa cuán larga o difícil sea la jornada, mantengan encendida la llama de la fe en su interior.
Cuando sientan que todo está en contra de ustedes, recuerden que tienen dentro de sí la convicción de que pueden superar cualquier adversidad.
La fe no garantiza que no enfrentarán dificultades, pero sí les asegura que tienen la fuerza interior para superarlas.
Confíen en sus capacidades, en el amor y el apoyo de quienes las rodean, y en la guía divina, si así lo creen.
Queridas mujeres, no subestimen el poder de su fe. Es una fuerza que las ha llevado hasta aquí y las llevará aún más lejos.
Con cada paso que dan, recuerden que su fe es la brújula que les muestra el camino y la fuerza que las impulsa hacia adelante.
Sigamos adelante con la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que aún no vemos.
En cada desafío, en cada sueño y en cada logro, que su fe les dé la confianza para seguir adelante y la alegría de saber que son capaces de enfrentar todo lo que la vida les presente.
Con fe y determinación,
EL SECRETO DE LAS MADRES